Aumente
su autoestima es el libro escrito por el Dr. Lair Ribeiro que nos aporta no
solo elementos de auto aceptación sino ejercicios que nos guiará a llevar una
vida con una acción y actuación positiva, visión soñadora y optimista. En esta
primera parte les hablaré de la creencia que crea nuestra realidad y como desde
pequeños empezamos a absorber la información por medio de comportamientos lingüísticos.
En un post más adelante analizaremos hasta qué punto la creencia puede generar
un camino distinto en el estilo de vida y el futuro de cada uno de nosotros.
La
creencia crea la realidad. En nuestro camino por la vida, encontramos
exactamente lo que buscamos, a veces encontramos cosas que no estamos
buscando conscientemente, por ejemplo, siempre buscamos en la vida dinero, pero
realmente no queremos dinero, queremos aquello que el dinero puede comprar, ya
sea una computadora, un viaje, ropa, etc. Así que la primera reflexión que te
dejo es que escribas en una hoja ¡las cosas que no estás buscando y protestas
porque no lo encuentras! Es muy provechoso descubrir qué es lo que, aunque no
lo busques, desearías hallar. Te recuerdo que si no sabes a dónde vas,
cualquier camino es correcto.
Toda creencia, una vez establecida, tiene
como función única y exclusiva perpetuarse.
En nuestro desarrollo como seres humanos, desde nuestro nacimiento y a través de cada año que pasa, estamos estableciendo un patrón de conducta que se va aferrando poco a poco a nuestra personalidad. De hecho, cada punto de nuestra vida es crucial para interiorizar, de diferente3s formas, las experiencias conscientes e inconscientes, esto es lo que el Dr. Lair Robeiro llama FASES.
En la fase que va desde el nacimiento hasta los siete años de edad, más o menos, el niño no posee una capacidad cognitiva totalmente desarrollada todavía. Es consciente, pero no es consciente de que es consciente.
La
segunda fase, denominada de modelado, va aproximadamente desde los siete hasta
los catorce años. En este período la persona comienza a cuestionarlo todo con
más intensidad. Al ir dejando la infancia y entrando en la adolescencia, al
prepararse para la vida adulta, empieza a seleccionar lo que debería ser
codificado en su mente. En esta fase pasa a dar más importancia a lo que
presencia. Deja de absorber pasivamente lo que oye, y aprende a evaluar las
cosas antes de creérselas.
En
la fase de socialización, que va de los catorce a los veintiún años, el
adolescente no quiere estar demasiado tiempo con sus padres, sino con los
compañeros de su misma edad. Muchos padres no entienden esta fase del
desarrollo de sus hijos y se sienten dolidos cuando descubren que ya no quieren
ir con ellos los fines de semana a la playa, por ejemplo, y sí quedarse con sus
amigos. Este es el estado natural de las cosas. En la adolescencia intentamos
afirmar nuestra propia personalidad, aunque en el fondo seamos «como nuestros
padres».
Así
las cosas, las creencias son parte esencial de nuestra vida, son las cosas que
aprehendimos una vez en el pasado, influirán en el presente y marcaran nuestro
futuro. Si queremos realizar cambios estructurales en nuestra vida debemos
desarraigarnos de nuestras creencias más dañinas y empezar a programar de nuevo
a nuestro cerebro y seguir el proceso de ABSORCION - MODELADO - SOCIALIZACION.
Se
dice que la única persona que realmente desea un cambio es un bebé con el pañal
mojado (y eso sólo cuando el pañal se enfría, porque mientras está caliente no
quiere que se lo cambien). La gran mayoría de la gente afirma solamente de
boquilla que le gustaría cambiar, transformarse, pero al mismo tiempo existe
una voz interior que intenta a toda costa mantener confortablemente congelado lo
que ya está codificado en nuestra estructura psicológica.
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